Si me sigues, sabes que me encanta ser OPTIMISTA. Aunque esté pasando por el peor momento personal o profesional siempre trato de sacar algo bueno de esa situación. Muchos pueden pensar que al tener demasiado optimismo pecamos de no ser realistas. Hasta nosotros mismos podemos pensar que todo está bien, cuando no lo está realmente. En ese preciso momento de duda, es cuando debemos poner en práctica el optimismo inteligente.
Primero, el optimismo inteligente acepta que algo está bien o mal, pero siempre manteniendo la convicción de que eso malo va a mejorar. A diferencia del pesimista… el optimista inteligente acepta la realidad y tiene disposición para enfrentarla.
- Comienzo el día con un propósito
- Siempre tengo fe de que puede mejorar la situación
- Tengo confianza en mí y presto atención a mis emociones
- Inmediatamente comienzo a trabajar para lograr ese cambio. Evito postergar
- Creo oportunidades para solucionar el conflicto
- Recuerdo que la realidad la construimos nosotros mismos
Ser optimista te ayuda a vivir diferente. Vas a tener mayor confianza y esperanza, pero… cuando le agregamos el concepto de inteligencia emocional estamos incluyendo también las soluciones y oportunidades.
Hoy las invito a ser optimistas con inteligencia ¿Cuál será tu pensamiento diferente del día?
Besos,
Gaby
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